SIGUE A JESÚS |
Texto del evangelio (Lc 11, 29-32)
En aquel tiempo, habiéndose reunido la gente, Jesús comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás».
Reflexión: Lc 11, 29-32
Esta es una invitación a reflexionar en todo lo que hemos recibido; todo aquello de lo que hemos sido testigos; todo aquello que en realidad se nos ha transmitido y sabemos, por lo tanto no podemos negar. Nos dice el Señor, que lo que ocurre en realidad es que no queremos creer. Y, así pues, nunca estamos conformes. Nada de lo que se diga, vea y/o transmita será suficiente. Siempre encontraremos que nos faltan razones; que necesitamos más pruebas…
Por eso, es necesario reflexionar. No hay peor sordo que el que no quiere oír ni peor ciego que el que no quiere ver. ¿No habremos caído en esa postura? Analicemos. Tenemos todos los elementos para llamar las cosas por su nombre, sin embargo nos resistimos a creer, aduciendo que faltan pruebas.
Hay señales que nos permiten ver cuándo va a llegar el invierno o el verano; o cuando va a amanecer…¿Por qué nos resistimos a ver lo que muchos?
Por eso, es mejor que nos detengamos un momento a pensar, a reflexionar, en lugar de responder de memoria un libreto aprendido y de moda, que puede servir para engañar a ingenuos, a desconocidos, pero no a nosotros mismos y mucho menos a Dios.
¿Qué es lo más importante en la vida? ¿Qué es lo más importante en tu vida? ¿Tienes que pensarlo? No señor…Lo que haces en tu vida, con tu vida, cada día, contiene la respuesta, más allá que lo hayas pensado o no, más allá que seas consciente o no. La pregunta es de una extraordinaria importancia, ¿o no?
Si estás de acuerdo en que es importante, entonces, ¿por qué no te detienes un momento a responderla? ¿Por qué pretendes pasarla por alto? ¿Hasta cuándo pretendes posponerla? ¿No tienes los elementos necesarios? ¡Mentira! Tú has recibido muchas evidencias para ayudarte a armar la respuesta…¿A qué esperas? ¿Por qué no reconoces que en realidad la estás evadiendo? ¿Hasta cuándo lo harás? Tú sabes que no puedes postergarlo indefinidamente. ¡Ha llegado el momento! ¡Toma una decisión!
¿Ser o no ser? Esa es la pregunta. Tú tienes una Guía, un Manual de Instrucciones. No te hagas el loco, ni dejes para mañana lo que debes hacer hoy. ¿Seguirás el Camino del Bien, de la Justicia, del Amor trazado por el Señor? O más bien te mantendrás encadenado al camino que te propone el Príncipe de este mundo. ¿Estas con Dios o estás contra Él? ¿Recoges o esparces? No hay medias tintas; no hay vías intermedias. No se puede servir a dos señores.
Oremos
Padre Santo, danos la fe suficiente para creer en el Señor y seguirlo ciegamente, sabiendo que lo que nos propone es lo correcto, lo mejor para nuestras vidas. Haznos testimonios vivos de fe.. Amén
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