martes, 8 de octubre de 2013

"La virginidad por el Reino de los cielos no es un no, sino un sí"

Pregunta formulada al Santo Padre Francisco por los jóvenes en Asís el 4 de octubre 2013

Hermanas Clarisas Franciscanas con el Papa Francisco en Asís

Vocación: ¿Qué hacer en la vida? ¿Cómo y donde usar los talentos que el Señor me ha dado?
A veces nos atrae la idea del sacerdocio o de la vida consagrada. Pero inmediatamente nace el miedo. Y luego, un compromiso así: ¿para siempre? ¿Cómo reconocer la llamada de Dios? ¿Qué aconseja a quien quisiera dedicar la vida al servicio de Dios y de los hermanos?


La familia es la vocación que Dios ha escrito en la naturaleza del hombre y de la mujer, pero también hay otra vocación complementaria al matrimonio: la llamada al celibato y a la virginidad por el Reino de los Cielos. Es la vocación que el mismo Jesús vivió. ¿Cómo reconocerla? ¿Cómo seguirla? Es la tercera pregunta que me han presentado. Pero, alguno de ustedes puede pensar: "pero, ¡qué bien este Obispo! Hicimos las preguntas y ¡tiene las respuestas todas listas, escritas!" Yo recibí las preguntas algunos días atrás, ¿eh? Por eso las conozco... Y yo les respondo con dos elementos esenciales, sobre cómo reconocer esta vocación al sacerdocio o a la vida consagrada. Primer elemento: orar y caminar en la Iglesia. Estas dos cosas van de la mano, se entrelazan. En el origen de toda vocación a la vida consagrada siempre hay una fuerte experiencia de Dios ¡una experiencia que no se olvida, se recuerda para toda la vida! Es aquella que tuvo Francisco, ¿no? Y esto no lo podemos ni calcular ni programar. ¡Dios siempre nos sorprende! Es Dios el que llama; pero es importante tener una relación diaria con Él, escucharlo en silencio ante el Tabernáculo y dentro de nosotros mismos, hablarle, acercarse a los Sacramentos. Tener esta relación familiar con el Señor es como tener abierta la ventana de nuestra vida, para que Él nos haga escuchar su voz, lo que quiere de nosotros. Sería lindo escuchar aquí a los sacerdotes presentes, a las religiosas... Sería lindísimo, porque cada historia es única, pero todas empiezan con un encuentro que ilumina en lo profundo, que toca el corazón y envuelve a toda la persona: afecto, intelecto, sentidos, todo. La relación con Dios no concierne sólo a una parte de nosotros mismos, sino que abarca todo. Es un amor tan grande, tan hermoso, tan verdadero, que merece todo y merece toda nuestra confianza. Y me gustaría decir una cosa con fuerza, sobre todo hoy: ¡la virginidad por el Reino de Dios no es un "no" es un "sí"! Por supuesto, implica la renuncia a un vínculo conyugal y a una familia propia, pero la base es el "sí" como respuesta al "sí" total de Cristo hacia nosotros, y este "sí" hace fecundos.
¡Pero aquí, en Asís no hay necesidad de palabras! ¡Está Francisco, está Clara allí, ellos hablan! Su carisma sigue hablando a muchos jóvenes en todo el mundo: chicos y chicas que dejan todo para seguir a Jesús por el camino del Evangelio.

¿Y tú a qué esperas? Ábrete  al Espíritu Santo, para que te de la fortaleza necesaria con la que podrás decir SÍ  a la llamada de Dios.
Busca a algún sacerdote que te ayude a ponerte en manos de Dios para descubrir realmente qué espera Dios de ti. Te aseguro, que sea lo que sea, será lo mejor que te pueda pasar. ¿Acaso Dios te desearía algo malo? Jamás.   ¡Adelante!
¡Ponte en contacto con nosotras! ¡VEN Y VERÁS! 
mail: clarisasmisioneras@gmail.com

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