
Misterio de la Navidad, son llamados por algunos «novena de Navidad» y por otros «Semana Santa de Navidad.»
Una característica muy antigua de estos días es la de las antífonas «O», que se llaman así porque todas empiezan en latín con la exclamación «O», equivalente en español a «Oh».
Todas pertenecen al Cántico del «Magníficat» (el cántico de la Virgen María = Proclama mi alma la grandeza del Señor), que se recita o se canta todos los días en la hora de Vísperas de la Liturgia de las Horas. Se las conoce también con el nombre de «antífonas mayores». Fueron compuestas hacia los siglos VII – VIII, y se puede decir que son un magnífico compendio de la cristología más antigua de la Iglesia y, a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidad, tanto del Israel del Antiguo Testamento, como de la Iglesia del Nuevo Testamento.
Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad: La admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre: « ¡Oh!», la comprensión cada vez más profunda de su misterio, y la súplica urgente: «Ven».
Cada antífona empieza por una exclamación: « ¡Oh!», seguida de un título mesiánico extraído del Antiguo Testamento, pero entendido con plenitud en el Nuevo Testamento y, más precisamente, en Cristo el Señor. Son aclamaciones dirigidas a Jesús el Mesías, reconociendo todo lo que representa para nosotros. Y terminan siempre con una
súplica: «Ven».
(P. A. Mora)
Día 17: (O Sapientia = Sabiduría, Palabra) –
Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del altísimo
abarcando del uno al otro confín y
ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el
camino de la salvación.
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