sábado, 29 de noviembre de 2014

TODOS LOS SANTOS FRANCISCANOS

El 29 de noviembre de 1223, el papa Honorio III aprobó la
Regla definitiva de los Frailes Menores. Es conocida como Regla
bulada, porque el Papa la aprobó y confirmó con la bula “Solet
annuere”. El pergamino original se conserva en Asís, en la
capilla de las reliquias de la Basílica de San Francisco. Esta
forma de vida según el santo Evangelio, aprobada por la Iglesia,
ha sido fuente de inspiración para una verdadera multitud de
hombres y mujeres, de toda clase y condición, que a lo largo de
ocho siglos no han buscado otra cosa que seguir, como
Francisco, las huellas y el santo Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo en fraternidad. Es por esto que en este día, en el que
Francisco y sus hermanos recibieron la aprobación de la Regla, se celebra la fiesta de todos los santos de la
Orden. La Iglesia los reconoce como punto de referencia, ánimo y consuelo para el camino de la santidad
cristiana. Ellos son quienes más luminosamente nos hablan de Dios. Te rogamos, Señor, por su
intercesión:

San Francisco de Asís, padre y hermano nuestro en los caminos del santo Evangelio y en el
seguimiento de la pobreza y la humildad del Hijo de Dios. Ayúdanos a amar cada día más al Señor Jesús,
verdadera y única riqueza por la que vale la pena dejarlo todo.
Santa Clara de Asís, sierva de Cristo y pequeña planta del padre Francisco. Enséñanos a conocer
el amor del Dios que pobre fue colocado en un pesebre, pobre vivió en este mundo y desnudo murió en la
cruz.
San Antonio de Padua, infatigable predicador de la Verdad del Evangelio; valiente defensor de los
pobres y débiles. Muéstranos el camino de la fe que obra por medio de la caridad.
Santa Isabel de Hungría, que rechazaste las riquezas para abrazar la pobreza con Cristo pobre;
mujer fuerte que te desviviste en el servicio a los más débiles e indefensos. Enséñanos a buscar los
bienes que no pasan.
San Buenaventura, amigo íntimo de Dios que nos dejaste un camino seguro para llegar a la
contemplación y comunión con Él; Doctor de la Iglesia por tu sabiduría y santidad de vida. Ayúdanos a
reconocer las huellas de Dios en la obra de sus manos.
San Luis de Tolosa, que renunciaste a la corona real para abrazar la vida de los Hermanos
Menores; joven obispo que rehusaste habitar en palacios para rodearte de pobres y mendigos.
Enséñanos a amar a la Iglesia y a sus ministros con fidelidad.
San Bernardino de Siena, apasionado predicador del Nombre de Jesús, el único que puede
salvar. Ayúdanos a anunciar con valentía a Jesucristo, Hijo amado de Dios y Salvador nuestro.
San José de Copertino, atravesado por un profundo amor a Cristo presente en el Misterio
eucarístico; humilde y paciente en la incomprensión y en la adversidad. Enséñanos a poner toda nuestra
confianza en el Señor.
San Pedro de Alcántara, de oración continua y de vida pobre y penitente. Ayúdanos a
renovarnos constantemente en el espíritu del Evangelio, nuestra vida y regla.
San Maximiliano Kolbe, enamorado de la Inmaculada Madre de Dios; mártir de la caridad en el
infierno de Auschwitz. Enséñanos a amar a la Virgen María y a acercarnos siempre confiados a su
corazón de Madre, para aprender de ella el camino de la entrega y del servicio humilde a los hermanos.
San Pío de Pietrelcina, llamado a colaborar de modo peculiar con Cristo pobre y crucificado en la
obra de la redención. Acrecienta en nosotros un amor cada vez mayor a Cristo, Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo, y a la solidaridad concreta con el prójimo.
Beatos Alfonso y compañeros mártires, testigos de la locura de la cruz en nuestros días. Rogad
por nosotros, para que el testimonio elocuente de amor a Jesucristo que sellasteis con vuestra propia
sangre en la restauración de la Provincia de España, sea semilla de nuevas vocaciones consagradas.
Todos los santos y santas de la Orden franciscana, rogad por nosotros ante el Padre de las
misericordias para que, encendidos y purificados por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las


huellas de su amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, todos los días de nuestra vida.

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