Tú eres el bien, el todo bien, el sumo bien.
Grande y admirable Señor.
Dios omnipotente, misericordioso Salvador.
Sexto día
Oración Inicial
Dios Padre de amor y misericordia, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco de Asís, la gracia de asemejarse a Cristo, por la humildad y la pobreza, por el amor y el servicio, concédenos caminar tras sus huellas para que podamos seguir a tu Hijo Jesús y entregarnos a ti con Amor Jubilosos. Amén.
“Cuando
entréis en una casa, saludad diciendo: ‘Paz a esta casa”
(Lc 10, 5)
Fuentes
Franciscanas: Leyenda Mayor
3,2
El varón de Dios, fiel a
la inspiración divina, comenzó a plasmar en sí la perfección evangélica y a
invitar a los demás a penitencia. Sus palabras no eran vacías ni objeto de
risa, sino llenas de la fuerza del Espíritu Santo, calaban muy hondo en el
corazón, de modo que los oyentes se sentían profundamente impresionados.
Al comienzo de todas sus
predicaciones saludaba al pueblo, anunciándole la paz con estas palabras: <<¡El Señor os dé la paz!>>. Tal
saludo lo aprendió por revelación divina, como él mismo lo confesó más tarde.
De ahí que, según la palabra profética (Is 52,7) y movido en su persona del
espíritu de los profetas, anunciaba la paz, predicaba la salvación y con
saludable exhortaciones reconciliaba en una paz verdadera a quienes, siendo
contrario a Cristo, habían vivido antes lejos de la salvación.
ORACIÓN FINAL
Francisco,Tú que te acercaste tanto a Cristo en tu época, ayúdanos a acercarnos a Cristo en la nuestra.Tú, un hombre siempre bueno, nunca has dejado
de prestar auxilio a todo aquel que te lo pidiera. Ayúdanos a ser servidores alegres de Dios, capaces de encender en todo lugar la antorcha de la esperanza y de la confianza del optimismo, y de la alegría, de la bondad y del amor. Amén
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