miércoles, 1 de octubre de 2014

Novena a San Francisco de Asís 2014

Tú eres el bien, el todo bien, el sumo bien.
Grande y admirable Señor.
Dios omnipotente, misericordioso Salvador.



Séptimo  día

Oración Inicial
Dios Padre de amor y misericordia, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco de Asís, la gracia de asemejarse a Cristo, por la humildad y la pobreza, por el amor y el servicio, concédenos caminar tras sus huellas para que podamos seguir a tu Hijo Jesús y entregarnos a ti con Amor Jubilosos. Amén.



“Guíame, Señor, por el camino eterno”
(Salmo 138)




Fuentes Franciscanas: 2Cel, CXVII (158)

   Mas recibía mucho consuelo con las visitas del Señor, en las cuales se le aseguraba que los fundamentos de su Religión permanecerían indefectiblemente firmes. Se le prometía también que al número de los que perecían sustituiría ciertamente otro igual de elegidos.
Como el Santo se turbara una vez de los malos ejemplos y se presentara turbado a la oración, recibió del Señor este reproche: «¿Por qué te conturbas, homúnculo? ¿Es que acaso te he escogido yo como pastor de mi Religión de suerte que no sepas que soy yo su principal dueño? A ti, hombre sencillo, te he escogido para esto: para que lo que yo vaya a hacer en ti con el fin de que los demás lo imiten, lo sigan quienes quieran seguirlo. Yo soy el que ha llamado, y yo el que defenderá y apacentará; y para reparar la caída de algunos suscitaré otros; y, si no hubieren nacido todavía, yo los haré nacer. No te inquietes, pues, antes bien trabaja por tu salvación, porque, aun cuando el número de la Religión se redujere a tres, la Religión permanecerá por siempre firme con mi protección». Desde entonces solía decir que la virtud de un solo santo podía más que una multitud de imperfectos, porque un solo rayo de luz hace desaparecer espesas tinieblas.


ORACIÓN FINAL
Francisco,Tú que te acercaste tanto a Cristo en tu época, ayúdanos a acercarnos a Cristo en la nuestra.Tú, un hombre siempre bueno, nunca has dejado
de prestar auxilio a todo aquel que te lo pidiera. Ayúdanos a ser servidores alegres de Dios, capaces de encender en todo lugar la antorcha de la esperanza y de la confianza del optimismo, y de la alegría, de la bondad y del amor. Amén


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